Recorrer la Berlin nazi (o lo que queda de ella) es una aventura apasionante, vertiginosa y agotadora. Hay que estar mentalmente preparado para adentrarse en los senderos más oscuros de la historia de la humanidad y además en un pasado muy reciente, muy cercano.
En 2015 se cumplieron setenta años del final de la Segunda Guerra Mundial. En las calles de Berlín, en sus túneles, sus plazas, sus edificios emblemáticos (varios reconstruidos y otros que han desaparecido) se dieron muchas de las historias más impresionantes de esa época. Es que Hitler y sus seguidores emprendieron un camino que nunca antes se había transitado en la historia humana. Desde ya que nuestros últimos tres mil años están plagados de invasiones y deseos de conquistar el mundo, pero el nazismo fue diferente. A sus ansias de expansión le sumaron su estrafalaria y siniestra ideología colmada de elementos científicos, esotéricos y místicos. A su concepción de superioridad racial que intentaron probar de manera científica le añadieron el objetivo de exterminar a quienes consideraran inferiores. Entonces además de utilizar todo su poderío militar para avanzar por Europa y el resto del mundo, instauraron sádicos campos de concentración, cárceles y laboratorios en donde realizaron aterradores experimentos genéticos y con armas químicas utilizando seres humanos como conejillos de indias.
Iniciamos nuestro camino en la puerta de Brandeburgo en donde en los tiempos de Hitler colgaban banderas con la esvástica negra, símbolo sagrado y de buen auspicio para los hindúes y que los nazis tomaron como propio para representar la superioridad de la raza aria. Según hacia donde gire su cruz, simboliza la evolución del universo encarnado por el dios de la creación Brahma o la involución del mismo en manos del dios destructor Shiva. Frente a la puerta de Brandeburgo, en el boulevard de Unter den Linden, se realizaban masivos actos del partido Nacional Socialista encabezados por su líder con cientos de miles de personas.
Se larga una tormenta furiosa y nos refugiamos en uno de sus arcos y cuando amaina caminamos hasta el Holocaust-Mahnmal o Monumento del holocausto, construido en memoria de los judíos asesinados durante el nazismo. Es bastante reciente y fue inaugurado el 10 de mayo de 2005. Son 2711 bloques grises de diferentes tamaños que asemejan un laberinto o un cementerio con sus mausoleos.
Al avanzar por sus silenciosos pasillos se va generando un sentimiento de inquietud y justamente fue eso lo que buscaron sus autores al diseñarlo. Desde su misma construcción estuvo rodeado de polémicas ya sea por su forma, porque sólo recuerda a las víctimas judías o porque una de las empresas que participó del proyecto tuvo serios vínculos con el partido nazi.
A pocos pasos ingresamos en un pequeño estacionamiento que da a unos edificios de la década del setenta. Allí estaban ubicadas de un lado la Vieja cancillería y del otro lado la Nueva, ambas destruidas durante la guerra. Estamos parados sobre el bunker de Hitler, ubicado quince metros bajo tierra. El lugar es apacible, tranquilo, salpicado de hojas que preanuncian la llegada del otoño, cuesta imaginarse que allí debajo el führer vivió sus últimas horas. No hay placas ni carteles. Tampoco una entrada. Se dice que en parte fue rellenada con cemento. Las autoridades de Alemania lo mantuvieron en secreto por mucho tiempo para que no se volviera un lugar de peregrinación de neonazis.
Hitler se trasladó allí el 16 de enero de 1945, cuando los bombardeos aéreos repiqueteaban cada vez más cerca de la Nueva cancillería, su lugar de trabajo. Para el 28 de abril Alemania tenía la guerra perdida, las fuerzas aliadas avanzaban por todo el país y el ejercito de la Unión Soviética ya estaba a las puertas de Berlín. Hitler lo sabía y se mantenía allí en esos túneles blindados bajo tierra dando las últimas órdenes y preparando su final. Esa noche contrajo matrimonio con su novia Eva Brown y puso en orden sus papeles y testamento. En la tarde del 30 los recién casados se suicidaron. Sus cuerpos, jamás encontrados, fueron incinerados en el parque que daba a la Vieja Cancillería para evitar que cayeran en manos de las tropas soviéticas. A partir de allí las dudas sobre la muerte de Hitler se extenderán por el mundo y hasta el día de hoy se sigue dudando de que haya muerto ese día y en ese lugar. También Goebbels, su perverso ministro de Propaganda, encontró allí la muerte. Junto con su esposa mataron a sus seis hijos, para luego suicidarse.
Caminamos un par de minutos hasta la Niederkirchnerstrasse, asimilando lo que vemos. Llegamos adonde se ubicaba el corazón del aparato de seguridad del nazismo, uno de los lugares mas temidos del mundo. Es el predio conocido como Topografía del Terror, que actualmente es un centro de documentación (entrada gratuita) y que además tiene una exposición al aire libre, junto a una porción del Muro. Los antiguos edificios no existen más, pero su memoria sigue presente. Estaban la Central y la cárcel de la Gestapo (la policía secreta del Estado); y la jefatura suprema de las escuadras de Protección y del servicio de seguridad conocidas como SS.
A cien metros se ubica un pétreo edificio que aún se mantiene en pie donde funcionaba la central de las SS y en dónde impartía las órdenes el siniestro Himmler, responsable directo de la política de terror y de las deportaciones a los campos de concentración de millones de personas. Actualmente es el Ministerio de finanzas.
Por nuestro trabajo muchas veces estudiamos la historia del nazismo, pero encontrarse en estos lugares en donde hubo hombres representantes de la maldad más pura, es realmente muy fuerte. Pasamos por la linda Gendarmenplatz, la plaza de las dos iglesias, la calvinista y la luterana

Seguimos hasta la Bebel platz. Otra plaza con una historia impresionante, ya que fue allí en donde se dio una de las quemas de libros más grandes del nazismo. Fue el 10 de mayo de 1933, justo enfrente de la biblioteca de la Universidad Humboldt, que además produjo una reacción en cadena con quemas de libros en otras 21 universidades del país.
Es de noche y llovizna, vamos hasta la Alexanderplatz que está desierta, solo dos hombres toman cervezas apoyados en la fuente. Nos sentamos a cenar en un restaurante turco las famosas curry würst, salchichas alemanas asadas a la parrilla y cubiertas de ketchup y polvo de curry. Desde donde estamos vemos la plaza en penumbras, pensando en que allí se dio una de las batallas más encarnizadas de la Segunda Guerra Mundial. Los ejércitos soviéticos avanzaban a paso firme, mientras las tropas alemanas solo alargaban la agonía. Además según investigaciones de los últimos años, debajo de la plaza se ubica uno de los bunkers más grandes de toda la ciudad, construido como refugio de la compañía de trenes.
Día fresco y nublado, perfecto para seguir descubriendo la historia de Berlín. Nos encaminamos al barrio judío, tras pasar por la estación de subte de Rosa Luxemburgo y comprar algo rico en una panadería. Entramos a antiguas casas que dan a patios arbolados, con bares y negocios. También hay casas tomadas pintadas con grafitis y utilizadas como centros culturales, en una de ellas se ubica también el museo de Anna Frank.
A lo largo de esas calles si nos ponemos a mirar el suelo delante de las casas nos vamos a encontrar con pequeñas placas recordatorias de los judíos asesinados que vivían allí.
Llegamos a la Sinagoga central de Berlín y nos quedamos un rato admirando su bella cúpula. Toda esta zona sufrió los terribles sucesos de la conocida como Noche de los cristales rotos. Un masivo ataque pergeñado por simpatizantes nazis con la complicidad de las autoridades, contra todos los ciudadanos judíos. Fue en la noche del 9 de noviembre de 1938 (todavía no había comenzado la Guerra), en donde se atacaron todas las sinagogas del país, cementerios y más de 30 mil judíos fueron detenidos y enviados a campos de concentración sin ningún tipo de justificación.
De allí nos vamos para el Reichstag, el parlamento nacional, el edificio fue construido en 1894 y seriamente dañado durante la batalla de Berlín. El 30 de abril de 1945 los soviéticos lanzaron el ataque final contra el Reichstag. Sabían que cuando cayera, se terminaba la guerra, lo que sucedió dos días después, el 2 de mayo. Para ingresar al futurista Domo vidriado con excelentes vistas de toda la ciudad, hay que pedir autorización vía internet, como mínimo con una semana de anticipación.
Nos toca el horario de visita para las 20:45, así que nos quedamos paseando por el Tiergarten, los bellos parques que hacen respirar a Berlín hasta que se haga la hora. Se siente la paz, la tranquilidad y el contacto con la naturaleza y a unos cuantos metros se puede ver la Siegessaule, la Columna de la Victoria. En medio de esos bosques pensamos que la lucha contra cualquier reivindicación del nazismo tiene que ser absoluta y que la importancia de la memoria para no repetir nunca más esos hechos es fundamental.
Para conocer Berlin a través del recorrido del Muro: Berlin: 25 años de la caída del Muro y para también te recomendamos un resumen super preciso de qué ver en Berlin escrito por alguien que vivió allí
Hola chicos. Recién los descubro! Les cuento que somos una pareja de jubilados de 60, jóvenes en espíritu y con el tiempo justo para viajar. En abril de este anio salimos de Villa la Angostura, Neuquén, Argentina y recorrimos en auto todo sudamérica desde el Atlántico por Brasil, remontamos el Amazonas 2 días en barco con nuestro autito, subimos por Vzla, Colombia. Allí dejamos el auto y nos fuimos a Cuba, Cancún y bajamos hasta Panamá todo en bondi, volamos de vuelta al continente, subimos al auto nuevamente para terminar de recorrer Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Nos picó el bichito del espítiru viajero, así que mientras tengamos salud y algo de recursos, seguiremos …
Nuestro próximo suenio es — EUROPA. así que me comunicaré con uds seguido para consultar y jorobar un poco, jajaja
Un beso
Cecilia y Carlitos , que lee, pero no le gusta escribir, jajaja!
Hola Cecilia! Hola Carlitos!! Gracias por escribirnos! Son unos genios! Esa es la actitud y el espíritu aventurero que se necesita!! Obviamente pueden escribirnos todo lo que quieran que nos encanta ayudar a otros a concretar sus sueños! Saludos!
Espectacular #Berlin este año tuve la oportunidad de conocerlo en Septiembre
Gracias por escribirnos Mauricio!!! Es una ciudad que cambió muchísimo en 14 años! Y cada día está más alucinante!
chicos, me encanta como cuentan las cosas, es muy descriptivo y lleno de emocion.
Hola María Inés! Muchas gracias! Nos emocionamos ahora nosotros con tus palabras! 😉
Excelente información!!! me queda algo de tiempo para conocer Berlín, la información de los bunker me pareció valiosa para ira esa zona, nadie habla de ello a menos que sean páginas de tours.
Gracias!!
Claudia, muchas gracias!
Abrazo
Buena recopilación, añadiría la visita al museo Otto Weidt, en el barrio judío, menos conocido que Oskar Schindler, pero que salvó la vida a mucho judíos ciegos y sordos, saludos viajeros.
Gracias Raúl por sumar información!