Cuando se viaja a México, una de las visitas imperdibles es la excursión a Chichén Itzá, el parque arqueológico nombrado como una de las 7 maravillas del mundo moderno, votadas en 2007
Ir de excursión a Chichén Itzá es impresionante, es el segundo complejo arqueológico más visitado de todo México después del de Teotihuacán, que se ubica a 1:30hs del centro de CDMX.
Chichén Itzá está emplazado en el estado de Yucatán, a 2hs (en bus o auto) de Mérida su capital y a 1:15hs de Valladolid, unos de los Pueblos Mágicos de la región. Si van desde Cancún pueden tardar 2:30hs y desde Tulum 2hs.
Cuando se termine el proyecto del Tren Maya, también se podrá llegar por vía férrea. Se espera que alguno de los 4 tramos que comprenden unos 1500 kilómetros, esté terminado para el 2023. En su recorrido el tren pasará por 5 estados: Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo (en donde se ubican Cancún, Playa del Carmen y Tulum, entre otras).
La entrada al parque arqueológico tiene un costo de U$27 por persona. Se pueden comprar online o en la entrada al parque.

Un poco de historia de Chichén Itzá
Chichén Itzá fue una ciudad imperial y ceremonial, en donde residían los monarcas, la nobleza, funcionarios públicos, sacerdotes y el ejército. El grueso del pueblo vivía en los alrededores. Fue fundada por los mayas entre los años 325 y 550 dC y se estima que alrededor de 4 siglos más tarde fue invadida por los toltecas, que con el tiempo fueron fusionando su cultura con la local. Había una diferencia muy importante entre las dos civilizaciones: los mayas eran principalmente comerciantes, los toltecas eran guerreros.
Como sucedió con otras ciudades mayas, durante los siglos XII o XIII fue misteriosamente abandonada. A pesar del tiempo transcurrido los expertos no se ponen de acuerdo con respecto a lo sucedido. Pudo deberse a sequías, hambrunas, enfermedades, invasiones o guerras civiles. O una combinación de algunas de estas. Lo cierto es que por siglos la ciudad estuvo perdida, absorbida y escondida por la jungla.
La caminata es larga, porque hay mucho para ver, pero no presenta grandes dificultades, no hay subidas ni bajadas de relevancia. Suele hacer calor todo el año y gran parte del recorrido es bajo el sol. No olviden llevar: agua, ropa cómoda, buen calzado, lentes, gorra/sombrero y protector solar.
En resumen: qué no hay que perderse en la excursión a Chichén Itzá
- Pirámide de Kukulkán
- El templo de los Guerreros
- Grupo de las Mil columnas
- El templo de las Águilas y los Jaguares
- La plataforma de Venus
- El muro de los Cráneos
- El campo del Juego de Pelota
- Observatorio astronómico, «El Caracol»
- Complejo de las Monjas
Chichén Itzá recibe a más de 2.500.000 visitantes cada año. Abre todos los días de lunes a domingo de 8 am. A 5 pm., La última entrada es a las 4 pm.
Por más que hayan pensado en algún recorrido temático y ordenado, la pirámide de Kukulcan, también llamada El Castillo, es como un imán. Con tan solo caminar unos pocos metros por el predio, aparece de la nada, impresiona su tamaño en la soledad de la explanada. No se preocupen, denle todo el tiempo que quieran a esta maravilla y luego sí, pueden recorrer el predio con tranquilidad.

Está prohibido subir a la pirámide, pero se la puede rodear, para ver sus cuatro caras, sus esculturas, el esplendor de sus 25 metros de altura. Una de las características principales es que se trata de un gigantesco calendario, el más grande del mundo. Cada uno de sus lados tiene 91 escalones que sumados al escalón que da acceso al templo superior, en la cima, da un total de 365, uno por cada día del año. Hasta hace algunos años se podía subir a la pirámide, pero luego encontraron que debajo pasan aguas de un cenote y decidieron preservarla.
Todos los 21 de marzo y 21 de septiembre de cada año (dos días antes y dos días después también se puede apreciar) se da un juego de luces y sombras que los arquitectos y astrónomos de la época lograron diseñar. Se puede ver la imagen de una serpiente emplumada que se desliza por la pirámide, un fenómeno sorprendente y que se da tan solo unas 3 horas antes del atardecer.

Una vez saciada nuestra sed de fotografías, nos podemos dedicar a las demás atracciones que tampoco son menores.
Si toman hacia su izquierda y caminan una buena cantidad de metros se van a encontrar con El templo de los Guerreros. En lo alto se puede ver la escultura conocida como Chac Mool (Garra roja de Jaguar) y representaciones de soldados. Al lado está el Grupo de las Mil columnas que se cree funcionaba como una plaza para ceremonias religiosas.

Si volvemos en nuestros pasos, atravesamos rápidamente la explanada, aunque siempre buscando nuevos detalles de la pirámide de Kukulkan, nos vamos a encontrar con varios edificios monumentales. Como El templo de las Águilas y los Jaguares que debe su nombre a sus relieves; la plataforma de Venus, conocida también como la Tumba de Chac mool, con una representación del máximo exponente del sincretismo entre mayas y toltecas Quetzalcóatl-Kukulcán, la serpiente emplumada.
El muro de los Cráneos, es otro edificio singular y tenebroso. Conocido como el Tzompantli es una plataforma de unos 60 metros de largo, sus relieves tienen formas de cráneo y justamente aquí es en donde se solían exhibir las cabezas de los enemigos.

A continuación, se puede ver otra construcción admirable y misteriosa, el campo del Juego de Pelota, con una extensión de 120 metros (un poco más larga que las actuales canchas de fútbol) y de 30 metros de ancho. El juego de pelota era un evento muy importante en el mundo Maya. Se conocen algunas reglas y otras están en discusión, el objetivo era encestar una pelota de caucho en un aro de piedra. No está tan claro si eran juegos a muerte.

¿Les parece suficiente con lo que vieron? Esperen que todavía hay más.
El observatorio astronómico, conocido como el Caracol es espectacular. Era de vital importancia para los mayas conocer los movimientos de los astros y esto lo demuestra.
A corta distancia está el Complejo de las Monjas, un conjunto de palacios en donde residía la nobleza y a un puñado de metros el conocido con el nombre de la Iglesia, que también lo cubre un halo de misterio.
Dato importante: Chichén Itzá significa “Boca del pozo de los Itzaes”, el pozo es el cenote ubicado dentro del recinto y sagrado para los mayas. Cuando visitamos el predio a fines de enero de 2022 estaba cerrado por restricciones por Covid.
Como decíamos más arriba, se puede visitar Chichén Itzá por libre, ya sea en bus o en auto (propio o rentado). Si lo hacen en un tour programado tendrán la posibilidad de escuchar la explicación de profesionales y de visitar otros lugares de los alrededores.

En nuestro caso contratamos la excursión a Chichén Itzá en Meet Mérida y partimos desde la ciudad de Mérida a las 8 de la mañana. A la visita a Chichén Itzá le sumamos un baño en el cenote Ik Kil y un recorrido por otro de los pueblos Mágicos de la región, Izamal.
Cenote Ik Kil
El cenote Ik Kil (U$7, 5 por persona) se ubica a unos diez minutos del complejo de Chichén Itzá, es una caverna en donde para llegar a la parte inferior hay que ir descendiendo con unas vistas muy bonitas. Se puede nadar y hay plataformas para lanzarse en modo “bomba”, además de lockers, restaurante y demás.


Depende de la hora del día se puede tener más suerte y que el lugar esté vacío… o no tenerla, como nosotros y llegar al mismo tiempo que un tour de españoles en viaje de egresados de la residencia de enfermería, je.

Pueblo mágico de Izamal
El pueblo de Izamal es pequeño y se caracteriza por sus casas coloniales pintadas de un amarillo característico. Su punto más importante es el convento de San Antonio de Padua y sus dos plazas prácticamente pegadas, con el mercado, vendedores de souvernirs y mateos con sus caballos caracterizados para la ocasión.


La excursión es de día completo, unas 10 horas aproximadamente.