Cuando sale el sol en Florencia uno se reconcilia con el mundo, siente que la vida transcurre placentera como el Arno.
Sin querer los pensamientos se concentran en todo lo bueno que existe, en todo lo bello que hay para ver y sentir «bello, bello» (dos veces y como cantando) así lo expresan los italianos cuando algo les gusta mucho. Bella Florencia…

Ponte Vecchio, Florencia, Toscana, Italia
Hay muchas maneras de recorrer Florencia, todas fascinantes y arbitrarias, todas acertadas también, la única regla es caminarla. Nos alojamos en pleno centro de la ciudad en un departamento muy cómodo, cálido, amplio y recomendable no sólo para parejas, sino también familias; y esta vez tenemos un recorrido trazado y organizado. Eso de perderse en las ciudades está muy bueno, pero cada tanto hay que encontrarse. Ni bien abrir la puerta justo enfrente tenemos la Galería della Accademia, en donde entre otras obras importantes, se encuentra el David, obra maestra del gran Miguel Ángel. Esta vez no entramos, nuestro recorrido seguirá otros derroteros, ligados al arte, a la historia y también a los personajes que caminaron estas mismas calles. Lo iniciamos a unos pocos pasos de donde estamos, en la iglesia de San Marcos, convertida en museo y que posee excelentes obras de Fra Angelico, entro otros artistas, pero lo que más nos impresiona es que en esos claustros vivió uno de los sacerdotes más polémicos de la historia. Tanto que terminaría quemado en la hoguera: el dominico Girolamo Savonarola.

San Marcos, Florencia, Italia
Al mediodía nuestras ganas de caminar nos hacen comer rápido y al paso, para la noche quedan las cenas a la italiana con antipasto, primo, secondo, contorni y dolce, como dios manda. Así que en una pequeña creperie y sandwichería de estudiantes a cien metros de nuestra casa llamada Due Sorsi & Un Boccone (dos sorbos y un bocado), acodados a la barra almorzamos schiacciate (sandwich), de pan con oliva para mí y pan de nuez para Caro. De una lista se eligen los ingredientes que uno prefiera: procciuto crudo, queso fontina y pasta de aceitunas negras; y procciuto cocido, queso gorgonzola y la tan famosa salsa de carcioffi o alcauciles para Caro. El precio 3,9 euros, más vasito de vino tinto a 1 euro, para bajar el sanguchito.
Siguiendo los pasos de Savonarola llegamos hasta la Piazza de la Signoria, una de las más importantes de la ciudad, es elegante y tiene tanta historia como Florencia. A uno de sus costados sobresale el Palazzo Vecchio con la torre de Arnolfo que se ve desde todas partes, fue la sede tanto de las autoridades que gobernaron Florencia en tiempos de la república, como en los años de los Medici. Hasta fue sede de la presidencia de Italia entre 1865 y 1871, años en que Florencia fue la capital de Italia.

Schiacciata con vino en Due Sorsi & Un Boccone

Palazzo Vecchio, Florencia, Italia. Nos tocó bastante lluvia en nuestros días en la Toscana…

Pero un día salió el sol…
Por siglos la piazza fue el centro de la vida política, mientras que el centro de la vida eclesiástica se ubicaba y todavía se ubica a un puñado de metros, en la piazza del Duomo, donde está la basílica Santa María del Fiore.

Duomo de Florencia. Catedral Santa María del Fiori
Justo en el centro de esta piazza de la Signoria, por donde caminamos tranquilamente fue ahorcado y luego quemado en la hoguera Savonarola, ese sacerdote que puso en jaque a la sociedad de la época. Al principio sus diatribas contra la corrupción de los poderosos, la soberbia de los ricos y la decadencia y depravación de la iglesia de Roma fueron tomadas con entusiasmo por el pueblo que veía en él un estandarte contra los hombres que los sumían en la miseria. En sus encendidos discursos se llegaban a reunir miles de personas para escucharlo. Cuando el ejército de Carlos VIII de Francia ingresó a la ciudad, camino a los reinos de Nápoles, provocó la caída de los Medici y Savonarola quedó como el hombre más poderoso de Florencia.Entonces su fanatismo fue cada vez más lejos, inauguró un régimen de persecuciones en donde la moral cristiana más cerrada lo impregnaba todo. Y para demostrar que iba en serio instituyó lo que se llamó la Hoguera de las vanidades, donde por las buenas o por las malas, todas las personas debían arrojar al fuego todos los artículos que no estuvieran de acuerdo con la austera vida cristiana o que propiciaran el pecado. Fueron quemadas obras de arte, libros, ropas, hasta espejos y perfumes. En su andanada de críticas, el sacerdote no ahorró ataques contra el papa Alejandro VI, el papa Borgia que no era precisamente una persona que no respondiera golpe por golpe. Así que primero le prohibió a Savonarola continuar con sus sermones y cuando estos siguieron y cada vez más furiosos, lo acusó de hereje, lo excomulgó y lanzó una amenaza a Florencia que aterrorizó a todos. Si no entregaban a Savonarola, se prohibirían los sacramentos y los enterramientos en cementerios cristianos a todos los habitantes.

Piazza de la Signoria, Florencia, Italia. En la puerta del Palazzo Vecchio se encuentra la réplica del David de Miguel Ángel.
Cuando el 8 de abril de 1498 las tropas papales ingresaron a la ciudad, lo hicieron casi sin resistencia. Solo Savonarola lo intentó junto a un puñado de seguidores, pero fue detenido en el convento de San Marcos. Un mes y medio después tras semanas de tortura dentro del palacio Vecchio, fue justo en el centro de esta piazza en donde encontró su final a la vista de todos como era costumbre y sus cenizas fueron arrojadas al río Arno (hay una placa que recuerda el hecho).

Réplica del David en la puerta del Palazzo Vecchio, Florencia
El palacio Vecchio es macizo, imponente, a la izquierda se ubica la fuente de Neptuno y a un costado una galería llamada Loggia della Signoria, en donde antiguamente se dirimían pleitos comerciales y hoy aloja obras de arte de los Medici, además de ser un buen lugar para leer, conversar o tomar una cerveza.

Fuente de Neptuno en la Piazza de la Signoria, Florencia, Italia

Fuente de Neptuno, Piazza de la Signoria, Florencia, Italia
¡Y hay más! Justo enfrente, aparece estilizado casi hasta el río el palacio Uffizi, una de las galerías de arte más famosas del mundo. En verano las colas son eternas y conviene reservar con anterioridad la entrada por 12 euros, pero esta vez entramos en diez minutos sin reserva y pagamos 8 euros.

Galería Uffizi, Florencia, Italia
Sus salas guardan extraordinarias obras de Miguel Ángel, Piero della Francesca, Leonardo, Durero, Rafael, Caravaggio, Tiziano y Rembrandt entre muchos artistas sobretodo de la Toscana. Pero «El Nacimiento de Venus» y «La Primavera» de Botticelli» nos dejan extasiados y con la boca abierta por largo rato. Muchos relatos aseguran que hasta Boticelli tuvo que quemar varias de sus obras en la Hoguera de las vanidades de Savonarola, terrible pérdida hubiese sido que se fueran entre las llamas estas dos obras de arte.

Piero della Francesca, Galería Uffizi, Florencia

El nacimiento de Venus de Botticelli en la Galería Uffizi, Florencia

La primavera de Botticelli en la Galería Uffizi, Florencia

Estatua y candados sobre el Ponte Vecchio, Florencia, Italia
Al salir, el aire fresco recorre las orillas del Arno mientras caminamos por el mítico Ponte Vecchio, que por siglos fuera el lugar en donde se instalaban todos los días, los carniceros de la ciudad. Loable trabajo alimentando a los florentinos lo de estos hombres, pero que importunaban con sus olores nauseabundos a los duques de Médici cuando tenían que cruzarlo para trasladarse del Palazzo Pitti al Vecchio. Así que decidieron que el puente debía albergar negocios más acordes a la jerarquía de sus monarcas, por eso cambiaron a los carniceros de lugar e instalaron a los joyeros. Por esto, hasta nuestros días, las más caras y ostentosas joyerías de la ciudad se ubican en el puente Vecchio. Las vistas desde allí son maravillosas cuando el sol se va escondiendo travieso y brillante entre las colinas.

Ponte Vecchio sobre el río Arno, Florencia, Italia. De una lado

Ponte Vecchio sobre el río Arno, Florencia, Italia. Y del otro.

Joyería sobre el Ponte Vecchio, Florencia
Antes de ir a cenar andamos por la calle borgo Degli Albizi, movida, con muchas opciones para comer, camino a la basílica Santa Croce, iglesia con importantes frescos de Giotto y que guarda los restos de muchos de los personajes más importantes de la historia italiana: Miguel Ángel, Galileo Galilei, Nicolás Maquiavelo y Dante Alighieri. Pero la tumba del Dante está vacia… El gran poeta murió en el exilio por enfrentamientos políticos y sus restos nunca regresaron a Florencia. Será por eso que para mitigar la culpa, su estatua se alza imponente en uno de los costados junto a la fachada de Santa Croce. En la plaza del mismo nombre los niños juegan, las parejas pasean a su perros y grupos de amigos se aprestan a tomar tragos de Aperol Spritz y Hugo como es tradición en la bella Italia, en los bares de alrededor.

Santa Croce, el panteón de los italianos
Paseamos largo rato asimilando todo lo que vimos en el día y ya pensando en la comida, ¡cómo no! Nos miramos cómplices con Caro y nos internamos de nuevo en la noche florentina en busca de una buena trattoria. John Dickie en su libro “Delizia! La historia épica de la comida italiana” cuenta el secreto de la distribución de los platos en Italia:
“La encomiable meta del orden contemporáneo italiano del antipasto, primo, secondo, contorno y dolce es separar sabores y organizarlos de tal modo que se genere una sensación familiar y placentera de progreso desde el principio hasta el final de la comida. En la edad Media, la teoría galénica dictaba el orden en que se servían los alimentos, así como la manera de combinarlos. El objetivo, igualmente encomiable, era equilibrar las propiedades calientes, secas, frías o húmedas de cada ingrediente. La comida medieval se creaba a partir de patrones de opuestos humorales y no de una progresión narrativa de los platos diferentes. De hecho, algunas combinaciones de las comidas que recomendaban los cocineros galénicos todavía se sirven en la Italia actual: jamón de Parma con melón o queso con peras”.
¡[N]o sabemos cómo hacen los italianos, pero ya sea por falta de presupuesto o porque nos llenamos rápidamente casi nunca llegamos al famoso antipasti, primo, secondo, contorni y dolce!! ¡Tendremos que seguir practicando!
TIPS FLORENCIA
En la Galería Degli Uffizi hasta hace un año no debajan sacar fotos a las obras de arte. Ahora pusieron vidrio delante de las más importantes y las fotografías están permitidas en todo el museo. ¡Ah…y hay wifi libre!
No se pierdan sacar una foto del Ponte Vecchio desde el ventanal del Museo Degli Uffizi
Excelente schiacciate (sandwiches) para armar según tu gusto y vaso de vino a 1 eur en Due Sorsi & Un Boccone: Via degli Alfani, 105
La entrada de la Iglesia de la Santa Croce cuesta 6 euros y está abierta de 9 a 17hs.