Hacer base en la playa de #AoNang en #Krabi te permite tomar diferentes excursiones para visitar #MayaBay #PhiPhi o #JamesBondIsland. Una alternativa familiar para alojarte en una playa más tranquila y no perderte los íconos de #TailandiaTour de Ao Nang a Maya Bay (primera parte) y Phi Phi (segunda parte)

 

Luego de una hora en la famosa Maya Bay de la película «La Playa» de Leo Di Caprio, el tour continúa con más sorpresas: a la lancha nuevamente y partida rauda hacia Phi Phi Don. Cuando llegamos, descendemos en la playa junto a otras lanchas y barcazas long tail,  justo en donde la circunferencia de la isla se hace mas finita, mas allá en el puerto están los barcos de mayor calado de donde bajan miles de turistas.  Directamente ingresamos a un restaurante, repleto de visitantes, pero no es allí en donde almorzaremos, sino en un salón del segundo piso. Como en el ejército, nos dan una hora y cuarto para comer y recorrer. El salón es rectangular y con bastante gente que hace cola para servirse algunos de los alimentos ubicados en un rincón. La comida no está mal, pero tampoco es gran cosa, hay poca variedad y poco gusto también. La bebida, salvo agua mineral, se paga aparte. Nos sentamos a almorzar junto con la pareja de finlandeses. Por supuesto la comunicación es en inglés, bueno el de ellos, muy bueno el de Caro y qué puedo decir del mío. Nos cuentan que son médicos, nos hablan de su país que se ubica en el norte de Europa, junto a Noruega, Suecia y Rusia, que tiene 5 millones de habitantes, le decimos que eso es un poco más que los que viven solo en la Ciudad de Buenos Aires. También nos relatan como es vivir con temperaturas polares que en invierno llegan a los –30 grados y de los meses en donde es de día 22 de las 24 hs y en otros en donde es de noche esa misma cantidad de horas. Nos parece impresionante, culturas tan lejanas, situaciones de vida tan diferentes, pero al mismo tiempo podemos estar riendo y charlando en la otra punta del mundo, en la lejana Tailandia. Antes de despedirnos, nos preguntan si conocemos Costa Rica, porque tienen ganas de visitarla en un próximo viaje, les decimos que si, que es un país encantador con unas playas que quitan el aliento y que a cada paso te dicen “Pura vida”. Los pone contentos nuestra respuesta, no conocían a nadie que hubiera estado allí. Nos saludamos con un abrazo y les decimos que vengan a visitar la Argentina que no se van a arrepentir.

Phi Phi, Tailandia

Phi Phi, Tailandia

Phi Phi, Tailandia

Salimos a dar una vuelta, no más que eso porque tenemos unos minutos solamente. Nos adentramos por estrechas calles peatonales y arboladas, repletas de negocios con verdulerías de frutas olorosas y de colores intensos,  casas de buceo y barcitos de jugos, entre mochileros y carros de metal, ya que no están permitidos los autos, todo se transporta de esa manera. Como es evidente que es imposible recorrer y disfrutar de la isla en tan poco tiempo, con una sola mirada acordamos regresar al día siguiente pero por nuestra cuenta, ya veremos cómo lo haremos.

The Monkey Beach

Monkey Beach, Tailandia

Tour desde Ao Nang a Phi Phi, Tailandia

El coordinador del tour nos apura para que vayamos subiendo a la lancha que ruge en borbotones, ya que según él estamos con el tiempo justo para disfrutar del último destino, The monkey Beach, a 15 minutos de donde estamos. Aparcamos en la playa y nos anuncian que tenemos 40 minutos para disfrutar de la playa.  Sobre la arena nos reciben solo cuatro monos de cola larga a la espera de conseguir algo de comida. Teniendo en cuenta que la isla lleva su nombre pensamos que podría ser más numerosa la concurrencia. Quizás el calor que nos está derritiendo de a poco ha hecho que se refugien en el interior de la isla que se ve rocosa y plena de vegetación. Nos vamos a nadar al otro lado de la playa que es angosta y con piedras brillosas, con la jungla que la empuja hacia el mar. El agua está espectacular, por momentos no podemos creer estar nadando en un lugar así, pequeños pececitos pasan por al lado nuestro mientras disfrutamos y al mismo tiempo miramos de reojo nuestras mochilas que están apoyados en unas rocas y pueden ser blanco fácil de los monos. Con puntualidad suiza, a los exactos 40 minutos estamos todos arriba del bote y camino a Ao Nang.

De regreso en Ao Nang

Al llegar el atardecer va cayendo en diversas y maravillosas tonalidades que van del azul al violeta y dejan a las barcazas entre sombras. Llegamos a nuestro hotel y antes de hacer otra cosa nos metemos en Internet para buscar alguna oferta de pasajes aéreos porque en dos días tenemos que salir hacia Bangkok. Queremos pasar Nochebuena allí. El viaje Krabi – Bangkok en bus es de 12 horas y nos vendría bárbaro ahorrarnos todo ese tiempo. Tenemos suerte y encontramos pasajes por Air Asia a unos 65 usd cada uno, salida a las 9.15 hs, llegada 10.05 hs.

Ao Nang de noche, Tailandia

Luego de una ducha rápida salimos, es temprano y tenemos hambre, así que nos dirigimos hacia la costanera, Caro mientras pasea continua con su exhaustiva investigación de precios y calidades de remeras, bermudas, lentes, accesorios y demás en busca de la mejor oferta. La tarde cae sinuosa detrás de la montaña mientras nosotros caminamos por la peatonal que en ese momento luce tranquila. Nos detenemos en un muy bonito resto que mira hacia el mar, de fondo se recortan las cabañas de un exclusivo resort. Nos acomodamos en una mesa de madera lustrada y pedimos unos tragos, Caro daikiri de frutilla, yo gin tonic.   Mientras charlamos vemos como lentamente la luna se desliza por el cielo y cómo los farolitos de papel se mueven al compás de la brisa. Estamos cómodos, salvo por los mosquitos que se tornan molestos, así que decidimos cenar ahí directamente. Caro se inclina por la comida italiana y pide unos Espaguetti a la carbonara, yo insisto con la tailandesa y me decido por Curry amarillo de pollo, todo muy rico aunque lo mío súper picante, una cerveza Singha es lo único que apaga tanto fuego.

Cena romántica en Ao Nang, Tailandia

Tanto en Phuket como en Krabi, las agencias de turismo abren desde muy temprano hasta muy tarde y eso es una suerte porque permite tomar decisiones de último momento.  Así que camino al hotel sacamos los pasajes a Phi Phi Don,  pagando 600 bath ida y vuelta cada uno (20 usd), es alto el precio, si tenemos en cuenta que el tour completo con comida y todo nos había salido 1000 bath, pero no hay que perderse la posibilidad de recorrer esa isla.

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