Agosto 2010

Caro en barrio chino

Nos bajamos del subte en Canal street en donde se ubica el Chinatown de Nueva York que con los años ha ido creciendo tanto que se ha apoderado de lo que fuera la antigua Little Italy dejándole solo unas pocas cuadras y un puñado de buenos restaurantes y pizzerías. El día está nublado y plomizo, caminamos entre tiendas de baratijas y joyerías, con hombres de lentes oscuros que se te acercan y te ofrecen relojes, según ellos de oro aunque cuesta asegurarlo no sólo por lo barato del precio sino también por lo falsos que lucen. También hay tiendas de ropa, carteras y zapatos, todo lo que allí se vende lleva el símbolo de una marca famosa, aunque todo es falso. Caro anda feliz saltando de un local a otro, husmeando un poco, buscando alguna buena oferta, preguntando precios.  Mientras, yo la sigo.

Chinatown de Nueva York

Chinatown de Nueva York

Chinatown de Nueva York

Chinatown de Nueva York

Chinatown de Nueva York

Chinatown de Nueva York

En los locales los chinos levantan paquetes, ordenan mercaderías y llaman a todo el que pasa por la calle en algún idioma situado entre el cantonés, el mandarín y el inglés, imposible saberlo. Después de un rato yo ya no entro a los locales, me quedo en la vereda viendo el trajinar de la gente, el movimiento continuo de seres humanos. Cuando veo tantas personas en un mismo lugar, me sigue maravillando el compás en el que se desplazan, el ritmo que hace que millones de personas se muevan a gran velocidad, sin colisionar, la mayoría de las veces. Mientras tanto Caro sigue preguntando precios sin una intención clara de comprar. De repente un chino de edad indefinible, mal carácter y malos modales, se pasa de la raya cuando veo que le arroja a Caro un monedero de algo símil cuero. Entro en el lugar y casi se arma la gorda. Empiezan a salir chinos de todos lados, gritos, alguna que otra amenaza y de a poco la cosa se va calmando. Lo que pasó es que el vendedor chino se puso muy insistente y ante la negativa de Caro de comprar algo, le empezó a decir cuanto quería pagar por el monedero. Que sí, que no, y Caro que ofertó una cifra que ofendió sobremanera al chino sacado.

Chinatown de Nueva York

Me encantan las situaciones de regateo, pero creo que del Chinatown de Nueva York no es como el regateo en el sudeste asiático. Allí les gusta juguetear, charlar, hasta a veces se ofenden si uno no entra en el ida y vuelta del ofertar hacia arriba y hacia abajo. Hasta ese momento no lo sabía. El dueño del local me insistía e insistía con que le comprara ese famoso «monedero» y me había dado un precio que pasaba de sobremanera lo que yo estaba dispuesta a pagar, así que no iba a regatear, ya me había olvidado. Pero el chino me perseguía «how much, how much» (cuánto, cuánto) y yo seguía diciendo que no, hasta que llegó el punto que dije lo que verdaderamente podía pagar. Ahí fue cuando el chino enfureció y me empezó a echar del local, yo peleaba en inglés intentando hacerlo entrar en razón…y ahí vino el momento en que me lanza el monedero por la cabeza y Machi entra como una tromba a pelear con el chino, sus amigos y secuaces. Creo que no fue una buena idea, efectivamente nos vimos rodeados…y decidimos hacer mutis por el foro y seguir caminando sin prestarles atención. Creo que en algún momento se pasaron la bola que había dos argentinos o extranjeros que no pensaban comprar nada, porque muy bien no nos trataron la verdad.

Chinatown de Nueva York

Avanzamos entre la multitud que camina a paso rápido, pasamos por la zona de restaurantes con los colgantes rojos en el frente y los patos colgados en la vidriera y comenzamos a desandar el camino para ir a almorzar al Little Italy entre las calles Mulberry y Grand.

Chinatown de Nueva York

Antes de llegar a Caro ya se le pasó el enojo y vuelve a la carga en un local de remeras a precio de remate. Me dice son perfectas para llevar de regalo a Buenos Aires. Siete remeras por U$12. ¿No será mucho? Caro que revisa cada sudadera (como le dicen los españoles) como si estuviera comprando originales de Lacoste, Louis Vuitton o Prada y la china que nos atiende que empieza a impacientarse. Yo que le digo a Caro que agarre las siete remeras porque no quiero repetir el evento anterior y ella que sigue su meticuloso análisis. Además le va poniendo nombre a cada regalo. La blanca es para Lucía, la verde para mi mamá, esta es excelente para tu hermano, esta le va a quedar perfecta a mi abuela, lila para tu prima. Yo la miro de reojo a la china que bufa cerca nuestro y a la quinta remera separada y analizada con scanner la china pierde la paciencia, de nuevo la hecatombe, nos saca las remeras de las manos y nos invita a dejar su local de una manera no demasiado elegante. Caro que se indigna y de nuevo aparecen chinos por todos lados, varios gritos, algunos insultos y nos vamos a paso rápido. Cuando salimos, le imploro que vayamos a almorzar, como viene la mano, tengo miedo que pongan en la entrada del barrio un cartel de prohibido pasar con nuestra foto o que la temida mafia china nos tome como nuevo objetivo a eliminar.

Chinatown de Nueva York

Little Italy, Nueva York

En las pocas callecitas de Little Italy se ubican varias cantinas con mesas de manteles coloridos y los mozos mitad en italiano mitad en inglés que te invitan a sentarte. La competencia es mucha y estos hombres son expertos en convencer a los turistas. Nos sentamos en una mesa en la vereda, bien a la sombra y atacamos unas buenas lasagnas de carne y verdura con salsa bolognesa.

Little Italy, Nueva York

Little Italy, Nueva York

Little Italy, Nueva York

Little Italy, Nueva York

Little Italy, Nueva York

Tras el almuerzo, paseamos un rato más por la zona y luego tomamos la Canal street hasta la Broadway camino del Soho, llamado así porque se ubica al sur de Houston street (South-Houston) la zona de galerías de arte, locales de diseño y famosas y caras marcas de ropa y perfumerías.

Broadway, Nueva York

Broadway, Nueva York

En nuestro camino pasamos por el Washington square park, con su linda fuente y en donde artistas callejeros hacen música y pintura y también por múltiples y apetitosos puestos de comida. Nueva York tiene una enorme y deliciosa variedad no solo de puestos de panchos y hamburguesas sino también de tacos, pinchos y platos de varias partes del mundo. Aquí se come de todo durante todo el día.

5ta Avenida – Fifth Avenue, Nueva York

Al llegar a la quinta avenida, la calle mas aristocrática de Manhattan con sus clásicos caserones y sus altos edificios, vemos cada vez que damos la vuelta a alguna esquina las cúpulas del Empire State y del Metropolitan Life.

5ta Avenida – Fifht Avenue, Nueva York

Edificio Met life, 5ta Avenida – Fifht Avenue, Nueva York

5ta Avenida – Fifht Avenue, Nueva York

5ta Avenida – Fifht Avenue, Nueva York

5ta Avenida – Fifht Avenue, Nueva York

Machi y Caro en rooftop de Nueva York

En la 23 street, justo donde confluyen la Broadway con la 5ta nos encontramos con Pablo un amigo español que hace tiempo que vive en la ciudad y que nos lleva a conocer una de las legendarias terrazas neoyorquinas. Subimos a la del Flatiron, edificio que se ubica enfrente del Madison square park, en donde estaba ubicado el antiguo Madison square garden. Los bares y restaurantes ubicados en las azoteas son muy comunes en Nueva York y además indispensables para  aprovechar las excelentes vistas de la ciudad. Son los Rooftop Bar o Rooftop restaurant. El ascensor nos translada a las alturas y salimos a una amplia terraza repleta de gente, nos sentamos en sillas de madera, entre yuppies trajeados que tras el fin de su horario de oficina se vienen a tomar unos tragos, además de turistas y parejas. Hay que ir bien empilchado y dejar la tarjeta de crédito apenas entrás al lugar. Ellos se encargan de cargarte la abultada cuenta y devolverte la tarjeta al fin de la noche, no sea cosa que te escapes sin pagar.

Rooftop bar, 5ta Avenida, Nueva York

Rooftop bar, 5ta Avenida, Nueva York

Rooftop bar, 5ta Avenida, Nueva York

Rooftop bar, 5ta Avenida, Nueva York

Panorámica desde el Rooftop bar, 5ta Avenida, Nueva York

Panorámica de noche desde el rooftop

Cuando se va haciendo de noche, nos asomamos para ver como las luces van transformando la ciudad,  las cúpulas se encienden y las miles de ventanas de los rascacielos también, como si existiera una especie  de interruptor general que se dedicara a crear una vista siempre diferente y  fantástica. Es un muy buen lugar para tomar fotografías de NY desde lo alto al mismo tiempo que disfrutás de unos tragos y linda fiesta. Al rato llegan más amigos, una peruana y una valenciana que se unen a nosotros a charlar un poco de todo. Corre una linda brisa y el aroma que desprenden las flores que hay por todos lados, las risas de las mesas y el brillo de las luces hacen que todo tenga un aura mágica. Pero como dice un amigo, todo eran sonrisas hasta que nos trajeron la cuenta de 27 dólares por tres vasos de cervezas. El lugar lo vale, la compañia también,  pero para mañana no nos va a quedar otra que comer unos sanguchitos en el Central park para equilibrar el presupuesto.  ¿No está tan mal, no?

Panorámica de noche desde el rooftop

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