Los seis barrios de Venecia son fascinantes y tienen muchas historias para contar: Santa Croce, Cannaregio, San Polo, San Marco, Dorsoduro y Castello.
Los mismos venecianos son muy celosos de su identidad ligada a su barrio de origen y aconsejan que después del paseo obligatorio por la Piazza San Marcos y el puente del Rialto, no perdamos la oportunidad de conocer como es la vida de los venecianos.
El Gran canal es como una serpiente que recorre el centro de esta Venecia que cuenta con solo tres puentes para cruzarlo: el Scalzi, el de la Accademia y el más famoso de todos, el Rialto.




Partiendo desde nuestro departamento en Santa Croce cruzamos el Rialto para introducirnos en el Cannaregio, uno de los barrios menos frecuentados por los turistas que viajan con poco tiempo y van de San Polo a San Marcos.



El día está soleado y frío cuando llegamos al campi Santi Apostoli, en donde descansan un par de jubilados, un perro hace un pozo buscando llegar a China y un hombre habla a los gritos mientras apura un vaso de prosecco. Nos internamos en el barrio en donde abunda la vida cotidiana de la ciudad, amas de casas con bebés, niños que vuelven de la escuela, adolescentes que ríen y trabajadores que preparan sus botes. Pasamos por bares y trattorias y por la iglesia de la Madonna dell Orto, hasta llegar al punto más lejano de la ciudad, ese que da al canal de Lenove, justo enfrente del cementerio, ubicado en una isla con las aguas de por medio.




En un callejón aparece la proclamada calle más angosta de la ciudad y en otro entramos al negocio de un artesano que hace una demostración esplendida de sus creaciones en vidrio de Murano.


En nuestro paseo nos encontramos con una de las librerías más curiosas que hemos visto, la librería Acqua Alta, que debe su nombre a uno de los fenómenos naturales que sufre Venecia en algunas épocas del año, generalente otoño o invierno. El agua crece hasta un punto en que deben poner pasarelas de madera en las calles para que los turistas y locales puedan transitar por ellas. En estos días, las vemos dormidas en los costados de las calles. Esta librería se encuentra sobre un canal, y cuando el agua sube los libros se arruinan. Es por esto que al entrar podemos ver blibliotecas hechas de barcas, barcos y hasta bañaderas.

El barrio Dorsoduro (me recuerda que tendría que hacer más abdominales) se ubica justo al otro lado del Canareggio y es uno de los más bonitos. Hacia allí nos dirigimos para almorzar y pasar la tarde. En la plaza (campi) Margherita el sol se derrama sobre las mesas de los restaurantes y bares que están repletas, nos tentamos pero está tan lindo el día que nos vamos de picnic, ya encontraremos el lugar perfecto.


Nos entretenemos en el puente della Academia, con hermosas vistas de la ciudad y el Gran Canal y Caro propone la Punta della Dogana como lugar para comer. Así que pasamos la imponente iglesia Santa María de la Salute y en esa puntita solitaria de Venecia nos sentamos con nuestros rostros al sol a comer unos sándwiches. Enfrente nuestro se ven las casas bajas de la isla de la Giudecca mientras palomas y gaviotas esperan impacientes las migas que van cayendo. Volvemos a la piazza San Marcos, allí sí las palomas son multitud, tanto que inmigrantes indios venden semillas por unas monedas. En la parte de afuera del antiguo café Florian, en un costado de la plaza, un pianista toca para todos los que andamos por allí deslumbrados por tanta belleza y dejando pasar el tiempo, para perdernos de nuevo en los canales de Venecia. ¡Qué sería de Venecia sin su música!




Venecia te pide que la camines y la navegues. Lo primero es gratis, para lo segundo existe el vaporetto, el barco colectivo que es válido por una hora, así que hay que pensar en 14 euros aunque también existe la posibilidad de adquirir pases por el día. En el caso de las góndolas, es bastante más caro, se paga por embarcación por media hora de paseo. Hay lugar para seis personas, así que cuanta más gente viaje, más económico es.

Cuando el día es soleado la ciudad es luminosa y se llena de turistas que pasean, sacan fotos, toman helados, compran máscaras. Cuando llega la noche y el frío del mar empieza a calar los huesos, las calles se van quedando desiertas, los canales quedan a oscuras y los faroles no alcanzan para quitarle cierto aire amenazante, como de conspiración. Los gondoleros nos chistan al acecho de los últimos clientes pero a nosotros solo nos quedan fuerzas para tumbarnos en los sillones del bar y tomarnos los tragos más famosos de la ciudad el Spritz con Aperol y el Hugo (vino prosecco, soda, sirope de flor de sauco, limón y menta).

Volvi a recorrer esos lugares hace poco…Venecia tiene mucho encanto;sobre todo cuando uno se aleja del circuito turistico…perderse por sus callecitas es lo mejor…
Sí Marce Díaz Nielsen totalmente! E ir a los lugares más alejados donde pensás que "no hay nada".
Bella , encantadora y romántica Venecia ….hermosa crónica y muy lindas fotos. Se vuelve a viajar con ellas !!
Era posta que iban a posar en el puente della Accademia….casualidad???
Hermosísima crónica veneciana, me impresionó la librería. Pregunta para Machi: el Venecia tiene su estadio allí???? Abrazo del alma …..
Zurdo hermano! Si, el Venezia tiene el estadio en lo que sería la «cola del pez» si uno mira el mapa de Venecia. No es muy grande, para unos 15 mil espectadores. No sabemos si el nombre del puente della Accademia fue en honor a nuestro querido Racing club, queremos creer que si!!
Abrazooo
las botas de goma para el acqua alta son necesarias saludos
Genios. Justo a tiempo. Estamos en el 1er día en Venecia y queremos escapar de tanto turista, sin perder lo importante. Seguiremos muchas de las recomendaciones y experiencias que compartieron.
Grazie mile