Zagreb, la capital de Croacia, es una fascinante puerta de entrada para conocer un país que es mucho más que sus hermosas ciudades de la costa dálmata.
Nos asomamos a la linda terraza del Swanky Monkey garden, el bar del Swanky Mint Hostel, nuestro hogar por los próximos días en Zagreb. En el cielo brilla un pálido sol de fines de otoño, mientras por detrás se pueden ver los bosques de Tuskanac. En esos senderos de árboles altos y abigarrados y secretos oscuros, cuentan las leyendas se llevaban a cabo aquelarres. Reuniones de brujas que conjuraban al demonio al amparo de las miradas y de las persecuciones de la Inquisición. Zagreb tiene muchas historias de hechiceros, caballeros, poetas y escritores que iremos descubriendo en nuestros días en la ciudad. En el interior del bar reina la alegría, la buena onda, no importa el horario, entre cafés, tés, cervezas y también rakis, el fuerte licor nacional que aseguran cura todos los males.

El edificio del Swanky Mint Hostel era una fábrica textil de lavado en seco de fines de 1900, renovado y convertido en hostel. Para la decoración utilizaron maquinarias de la industria y lo combinaron con tecnología creando un ambiente eco-friendly y confortable que hace que nuestra visita sea muy especial. Fue galardonado por Hostel Geeks como uno de los hostels 5 estrellas del mundo.


Tomamos nuestro desayuno con un mate bien argentino y salimos a la Ilica, una de las avenidas principales, mientras por delante nuestro pasa uno de los tantos tranvías azules que recorren Zagreb, todos pintados con el color preferido de la ciudad.

Ya esta a la venta nuestro tercer libro Yugoslavia y el laberinto de los Balcanes, un laberinto histórico y geográfico que les permitirá explorar en temáticas tan complejas como la guerra, el nacionalismo, el racismo, la inmigración, la venganza y la religión; también los conectará con anécdotas inolvidables, aromas, sabores, dudas existenciales y nuevos amigos. Siempre con la alegría y la libertad de viajar.


El hostel se ubica a solo trescientos metros de la plaza Ban Jelacic, el corazón de la ciudad pero nosotros primero nos vamos para otro lado, nos vamos para arriba! Hacia la parte más alta de la ciudad y sin hacer esfuerzo gracias al funicular (cable car) más corto del mundo. Fue construido hace 125 años y escala los 60 metros en 64 segundos.


Al llegar a la cima se encuentra la torre Lotrscak, de más de siete siglos, con su cañón Gricki top que mantiene la tradición y todos los días puntualmente a las 12 del mediodía dispara salvas de confeti, como recuerdo de cuando sus habitantes resistieron la invasión de los tártaros. Junto a nosotros se agrupan decenas de niños con sus maestras tratando de ordenarlos a la espera del disparo simbólico. El ruido es fuerte y después todos ríen y aplauden. Tras la detonación, acorde a los tiempos modernos, aparece en el Facebook de la Torre la onomatopeya Boom!

A nuestra izquierda se encuentra sentada y mirando el horizonte la estatua del poeta Antón Matos, bohemio y amante de Zagreb y a unos pocos metros de allí un gigantesco y precioso graffiti embellece un edificio singular.


A unos pocos metros más nos encontramos con el ícono de Zagreb, la plaza de San Marcos con su iglesia de techo de tejas de colores que forman el escudo de la ciudad y de las tres regiones de Croacia: Central, Dalmacia y Eslavonia. Fue reconstruida por el arquitecto alemán Hernan Bollé, responsable de muchas bellezas arquitectónicas en la región. A los lados de la plaza, dando un aire aristocrático a toda la zona se ubican la Casa de gobierno y el Parlamento.


Bien cerca de allí, camino a la Puerta de Piedra, se pueden ver en los tejados de algunas casas bolas de metal con picos puntiagudos: son antiguas trampas para brujas. Las personas creían que si estas hechiceras pasaban volando en sus escobas en la oscuridad de la noche podrían quedar enganchadas. Eran común que la gente mirara los techos al comenzar el día, por si alguna bruja había quedado atrapada.

La Puerta de Piedra era el único acceso a la parte alta de la ciudad y tiene su leyenda también ya que guarda la capilla de la Madre de Dios con la pintura de la Virgen María y el niño Jesús. La historia cuenta que una noche de frío intenso y despiadado, un hombre que no tenía donde dormir ni qué comer, fue ayudado en ese mismo lugar con alimento y cobijo. Por la mañana el hombre había desaparecido pero había dejado como regalo una bella pintura. Nunca más fue visto y nadie pudo saber jamás si fue él mismo u otra persona el autor de la obra. Rápidamente el cuadro se transformó en objeto de culto y devoción y mucho más cuando un incendio destruyó la antigua casa por completo sin que las llamas tocaran la pintura.


Al pasar la Puerta y descender la cuesta por la calle Radiceva, de antiguos artesanos, llegamos hasta el Puente Sangriento (Krvavi most), una pequeña calle que dividía a los dos pueblos que luego formarían Zagreb. De un lado Gradic, de carácter secular, del otro Koptol (la Catedral). Era en ese puente, en ese paso que no tenía dueño en donde se dirimían todos los conflictos, económicos y de los otros de los habitantes de la zona. Recién en 1850 los pueblos se unirían y el puente se convertiría en una calle como cualquier otra. Al cruzar Puente Sangriento, aparece otra de las calles movidas de la ciudad. Es la peatonal Tkalciceva, con bares y restaurantes en donde se puede comer o tomar por unas cuantas kunas, así se llama la moneda croata y el nombre hace referencia a la antigua tradición de comerciar con pieles de animales y utilizarlas como moneda de intercambio.


A un costado como férrea espectadora de la situación se encuentra la estatua de una mujer elegante, de mirada adusta y paso decidido. Es Marija Juric Zagorka, que se convirtió en la primera periodista profesional de Croacia a principios del siglo XX, en tiempos en que era muy difícil para la mujer poder desarrollarse en este tipo de empleos. Escritora e historiadora incansable luchó por la igualdad de las mujeres y escribió varias novelas, una de ellas es también una de las más famosas de Croacia, “La bruja de Gric”. De nuevo las brujas volando por Zagreb. En la novela narra las persecuciones a las que eran sometidas muchas mujeres en esta ciudad en el siglo XVIII, con la acusación (casi siempre falsa) de ser brujas.

A la noche de nuevo en el Swanky mint hay cena gratis en la cocina común, tradición de todos los lunes. Dos jóvenes que colaboran en el hostel, una polaca y otra alemana son las encargadas de preparar las pizzas. El ambiente es alegre, relajado, de charlas y risas, de cervezas y ganas de conocer nuevos amigos.

Entre porción y porción se suman un norteamericano de familia filipina y mexicana, un andaluz, un argentino, una chica croata y otro norteamericano, pero de origen asiático. Cada uno con sus historias. El norteamericano tiene previsto recorrer media Europa en tres días entre trenes, buses y aviones, porque quiere llegar a Irlanda para festejar el día de San Patricio; el argentino, fanático del básquet, voló desde Nápoles a Zagreb, solo por un día para no perderse la ciudad; el español que estudia música en Alemania viene desde Sarajevo y quiere hacer senderismo en la montaña Medvednica, en las afueras de Zagreb. El otro norteamericano anhela conocer sus raíces filipinas y aprovecha nuestros consejos ya que estuvimos en Filipinas el año anterior. La chica polaca entre pizza y pizza nos dice que le gustaría conocer un novio argentino. ¡Por supuesto que está invitada a nuestro país, no tenemos duda que consigue novio seguro!


Zagreb es uno de los puntos de partida para recorrer Croacia, planificar el viaje es una de las cosas más lindas (además de viajar, je). Les ofrecemos varias notas para que puedan armar su ruta por Croacia. En caso de querer recorrer la Costa Dálmata por ejemplo o ir a Splity dormir en el Palacio de Diocleciano o visitar la ciudad amurallada de Dubrovnik.
Muy buen artículo!!!!
Me pareció muy bueno. Pregunta, te acuerdas donde está el graffiti de la ballena azul?
Muchos saludos!
Hola Carlos! Muchas Gracias! El graffiti de la ballena azul está en la parte alta de la ciudad. Apenas subís por el teleférico, pasás la torre del canón y tomás la calle a la derecha hasta el final desde donder hay un mirador/balcón hacia la parte baja. Esperamos que lo encuentres! Saludos!