Nuestras primeras sensaciones en Roma después de más de diez años sin vernos. Siempre mágica, eterna, misteriosa, cara por querida como dicen los italianos; y cara por sus imaginativos impuestos.

Empecemos entonces por el principio: La «Cara» Roma. Primero vamos a lo negativo, así terminamos a lo grande. Desde 2011 Roma y más tarde las principales ciudades turísticas italianas cobran un impuesto a todos los viajeros por noche, se llama “Contributo di pernottamento”. Y hay que tenerlo en cuenta porque si uno pasa unos cuantos días en Italia, lo tiene que sumar al presupuesto del viaje. En Roma, este impuesto es de 3,5 euros (en Siena 1,5 euros; en Pisa 1,5 euros; en Florencia 2,5 euros) por persona por noche de hotel. O sea que al precio que hayas reservado la habitación hay que sumarle esos euros todos los días (las cifras pueden variar teniendo en cuenta el tipo de alojamiento). Te los cobran en el mismo hotel y en efectivo.

En ninguna otra parte del mundo vimos algo igual y es realmente frustrante para el viajero. Este turista que paga absolutamente todas las visitas a templos, iglesias (en general son gratuitas en parte), museos, galerías de arte, parques y atracciones en cifras que van de los 8 a los 20 euros. Además, por supuesto de la comida, el transporte, alojamiento, etc. Este impuesto al “sueño” que fue implementado con la excusa de aumentar las cuentas de la ciudad, pero sobretodo para mejorar la situación de los viajeros, es evidente que no se ha utilizado en lo prometido. Los baños públicos brillan por su ausencia, los carteles indicadores también, los buses urbanos son malos y hay que prenderles una vela para que pasen seguido (después de las 20hs hemos esperado varios por más de media hora). El tranvía hace tiempo que tendrían que haberlo jubilado y ni hablar de las estaciones de subte que jamás vieron una lavada. Sumado a esto, las escaleras mecánicas que son fundamentales para hacerle la vida más fácil a los que llegan con valijas rara vez funcionan. En fin, por lo menos todavía no pensaron en el “Contributo di respiro” porque ahí sí que no zafa nadie.

A propósito de impuestos y de ver de qué manera se le puede sacar más dinero a los turistas, el Panteón de Agrippa uno de los monumentos más hermosos y mejor conservados del mundo que cuenta con más de 2000 años de historia, todavía sigue siendo gratuito, pero se corre la voz que por poco tiempo.

Panteón, Roma, Italia. Hay visitadas guiadas gratuitas. Hay que realizar la reserva dentro del panteón mismo.
Roma y el Panteón, Italia. 

E]l Panteón es conocido por cincos nombres, cada uno tiene su razón de ser y además está bien, dada su monumentalidad. Agrippa, nombre que se puede leer claramente en el frente del Panteón, era uno de los generales más famosos del emperador Augusto además de ser amigo y yerno. Y fue Agrippa quien lo mandó construir en el año 27 aC en honor de Augusto, de allí el segundo nombre: Panteón de Augusto.Tras varios incendios y destrucciones el que tomó la posta fue el emperador Adriano en el año 118 dC así es como Panteón de Adriano es su tercera nomenclatura. Es gracias a este emperador que vemos el Panteón actual, con su maravillosa estructura circular y una cúpula que quita el aliento.

Panteon, Roma, Italia
Panteón, Roma, Italia

El cuarto nombre es Panteón de Roma, claramente todo el mundo sabe de qué se está hablando y no hay otro igual ni en Roma, ni seguramente en el mundo. El Panteón fue ideado en su concepción greco-romana para albergar a los dioses del imperio, pero el último nombre tiene que ver con el cristianismo. Para el año 608 dC el imperio romano de Occidente ya había caído hacía tiempo y el imperio romano de Oriente, llamado bizantino, bastante trabajo tenía como para ocuparse de lo que pasaba en los edificios de Roma. Así fue que el emperador Focas le donó el panteón a la Iglesia, al papa Bonifacio IV que lo puso bajo su protección y lo convirtió en la iglesia Santa María de los Mártires. Esto hizo que nos llegara prácticamente intacto hasta nuestros días. Era una práctica habitual que el Vaticano y las familias aristócraticas de la época «tomaran» materiales de los antiguos edificios paganos para reutilizarlos en nuevas construcciones como iglesias o residencias. Aún hoy existe un dicho muy conocido en Roma que dice «Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini», esta era una familia patricia que no dudaba en arrancar mármoles o cualquier otro elemento para cuestiones privadas. Y justamente hablando de mármoles, el Coliseo no era como lo vemos hoy, sino que estaba cubierto de toneladas de mármol blanco antes de sufrir estos saqueos, saqueos de los que se salvó el Panteón.

Panteón, Roma, Italia
Panteón, Roma, Italia
Piazza Navona, Roma, Italia
Piazza Navona, Roma, Italia

Cuando soy yo el que diagrama el recorrido (las menos de las veces), siempre rumbeo para el Panteón, me gusta llegar hasta él pasando la exquisita piazza Navona, rodear la de Minerva, para luego avanzar hasta la piazza de la Rotonda. Cada uno tiene sus costumbres, a nosotros nos gusta descansar un rato en las escalinatas de la fuente en medio de la plaza, justo frente a su entrada, en donde siempre hay un mateo con su caballo, a la espera de clientes.

Plaza del Panteon, Roma, Italia
Plaza del Panteón, Roma, Italia

Luego de las fotos que nunca son suficientes, comer unas buenas pastas en algunos de los ristorantes que rodean la plaza. Puede ser también en la trattoria de Antonio a menos de cien metros, lugar recomendado por el escritor Javier Reverte en su libro «Un otoño romano», que por cierto recomendamos leerlo antes de visitar la ciudad (también «Historias de Roma» de Enric González). Después de comer, toca un helado, que en Roma se toma hasta en invierno, para luego sí, entrar en ese lugar que tiene algo mágico.

Trattoria Antonio, Roma, Italia
Trattoria Antonio, Roma, Italia
Trattoria Antonio, Roma, Italia
Trattoria Antonio, Roma, Italia
Trattoria Antonio, Roma, Italia
Trattoria Antonio, Roma, Italia
Panteón, Roma, Italia
Panteón, Roma, Italia

Apenas se pone un pie dentro del Panteón, todo embriaga los sentidos. Mirando la cúpula que es de una perfección tan absoluta que hasta la de San Pedro se construyó un poco más pequeña para no rivalizar, uno puede abstraerse completamente de la gente que camina alrededor. El óculo de 9 metros es como un ojo de los dioses por donde ingresa el sol en los días cálidos de Roma y las estrellas cuando oscurece, parece un sendero al cielo. Es tan perfecta la obra de arte que hasta el mismísimo Rafael pidió que sus restos descasaran para siempre en el Panteón.

Panteón, Roma, Italia
Panteón, Roma, Italia
Dentro del Panteón, Roma, Italia
Dentro del Panteón, Roma, Italia
El fantástico oráculo del Panteón, abierto a la intemperie
El fantástico oráculo del Panteón, abierto a la intemperie
Panteón, Roma, Italia
Panteón, Roma, Italia
Coliseo Romano, Roma, Italia
Coliseo Romano, Roma, Italia

No queremos salir, siempre descubrimos alguna obra de arte que no vimos las veces anteriores, pero nos recompensa saber que vamos a volver. Partimos contentos y nos perdernos por las calles de Roma, o eso creo. Porque Caro siempre encuentra la manera llevarme hacia Su lugar Preferido. El aire que por ahora sigue siendo gratis, nos pega fresco en la cara. Doblamos en callejas de farolas en donde nunca habíamos estado, a lo lejos se lo puede ver, no tengo dudas de hacia dónde vamos, hacia el maravilloso Coliseo.

Coliseo Romano, Roma, Italia
Coliseo Romano, Roma, Italia

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3 Comentarios

  • Ah…volvimos con mi marido en Junio pasado (ntra segunda visita)y él también dice que «su lugar en el mundo» es el Panteón. Todos los días pasábamos por ahí, comíamos en el barcito y por supuesto nos alojamos cerca de él.
    Qué lindos recuerdos!
    Saludos.

    • Si, Roma es una ciudad maravillosa y el Panteón es como un imán! Roma siempre tiene nuevas historias para contar, nuevos aromas, sabores y colores por descubrir!

      Abrazo, gracias por escribirnos!

  • Les comento que en Barcelona los hoteles cobran el impuesto por noche de alojamiento, mi hijo trabaja de conserje y me ha comentado esa curiosidad, claro que en Barcelona la ciudad te lo devuelve ya que los servicios son impecables. Les mando un abrazo desde mi querida Mar del Plata.