A fines de agosto de 2012 nos llegó la invitación para participar del Congreso de Turismo Consciente a desarrollarse en Quito y no lo pensamos dos veces. Yo había pasado unos días barbaros en la ciudad unos años antes y no aguantaba las ganas de poder recorrerla nuevamente pero esta vez con Caro. Además teníamos muchos amigos que visitar, asi que a las jornadas propuestas por la organización del evento, le sumamos unos días más por nuestra cuenta.
Después de dos jornadas intentas con disertaciones y conferencias acerca del turismo consciente y viajar de forma sustentable, al día siguiente los organizadores nos llevan a conocer Mindo, la tierra de los bosques, las mariposas y los colibríes. Salimos temprano con Antonio nuestro chofer, hacemos una parada en el Monumento que marca la mitad del mundo.
Seguimos viaje serpeteando por una ruta bien cuidada entre riscos, acantilados y picos enormes. Pasamos por el pueblo de Mindo, tierra de mariposas y colibríes. Llegamos al mariposario, primera vez en un lugar así, una gran experiencia. Al atardecer vamos al Sachatamia Lodge, excelente alojamiento con cabañas desperdigadas por el bosque entre colibríes, una piscina cubierta y un lago artificial con peces de colores.
Al día siguiente emprendemos otra de las excursiones pautadas esta vez a Napo, Papallacta y Tena. Impresionante alcanzar las alturas y el frío para luego descender a la humedad de la Amazonia ecuatoriana y de ahí volver a subir miles de metros hasta las aguas termales, todo en unos cuantos kilómetros. El bus avanza por una ruta polvorienta. El cielo esta totalmente despejado, hace calor y está ventoso. Casi como de la nada las nubes copan los picos de las montañas y comienza a sentirse que desciende la temperatura. A partir de los 3000 metros las nubes están muy bajas, todo esta cubierto de gris y el piso de la ruta muy resbaladizo. Al llegar a los 4300 metros hacemos una parada en la Capilla Reina del páramo, en donde el viento y el frio son capaces de amedrentar hasta al mas valiente. Como en una ráfaga iniciamos el descenso y la niebla se disipa y sube la temperatura.
Pasamos Papallacta, pueblo pequeñito junto al río y tomamos hacia Tena, en el camino vemos una refinería ya que esta es zona petrolera. El guía nos dice que la condensación que produce el frío de la montaña con el calor de la Amazonia, se traduce en agua y a esta altura los árboles vuelven a ser altos y la vegetación lentamente recupera su verdor. En Tena vamos hasta el río, almorzamos, visitamos a la comunidad Shandia y al atardecer iniciamos el regreso a Papallacta.
En el regreso si que la pasamos mal, la niebla es impresionante casi que no nos vemos ni entre nosotros dentro del micro. Las curvas son cada vez mas cerradas y cuado veo que el chofer maneja con una mano mientras que con la otra se hace la señal de la cruz, comprendo que es el momento de llamar a Caro que duerme al lado mío. Si vamos a morir por lo menos que estemos los dos despiertos. Todavía no sabemos como, pero llegamos sanos y salvos al Termas de Papallacta resort. Después de los nervios del viaje, terminar tomando una copa de vino en una de las piletas termales frente a nuestra cabaña no tiene precio.