Mayo 2015
Tenemos la mañana libre y nos juntamos para el almuerzo en el bar de tapas Salt and Pepper, ubicado en Palm beach, en un pequeño complejo en donde hay cuatro o cinco restaurantes más. El lugar es ameno y descontracturado y comemos ceviche, rabas, carpaccio con alcaparras y queso parmesano, atún rojo teriyaki y más.
Con la panza llena y el corazón contento nos acercamos a uno de los cinco muelles, desde donde parten las diferentes excursiones, en nuestro caso en catamarán. El día está soleado y cálido, las vistas desde el barco son magníficas, la barra es libre y el ambiente es de alegría; ¡no se puede pedir nada mas!
Navegamos camino al norte de la isla, a lo lejos se recortan las siluetas de los hoteles sobre la playa y de las palmeras que se ondulan por la brisa. Junto a nosotros pasa un barco pirata con divertidos turistas y más allá levantan vuelo los paracaídas multicolores de los que hacen kitesurfing.
Unos minutos después nos detenemos en uno de los puntos más famosos y esperados de la travesía: el lugar en donde se encuentra hundido el carguero Antilla, un barco alemán de 120 metros de eslora que su capitán prefirió hundir antes de entregarlo a las autoridades holandesas de la isla.
Aunque la Segunda Guerra Mundial nos remite a Europa, Asia y África, también en el continente americano se produjeron enfrentamientos importantes y esta zona guarda misteriosas e interesantes historias. En mayo de 1940 los nazis invadieron Holanda, destruyeron Roterdam y la familia real voló al exilio. En esa misma época el Antilla navegaba por las costas de Aruba y ante la inminencia de perder el barco a manos enemigas, el capitán envió a toda la tripulación a tierra y luego hizo estallar las calderas que partieron el barco en dos. Este no fue el único barco hundido en esta zona, aseguran que hay más de once contando también un avión y un remolcador. El Caribe era esencial para los aliados ya que el petróleo venezolano (Venezuela se ubica a 25 kilómetros de la isla) se refinaba en Aruba y Curazao, entre otras, y luego se enviaba principalmente a Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Su producción era tan importante que los alemanes iniciaron la operación Westindien (Neuland) para cortar el suministro. Para ello enviaron submarinos que atacaron no sólo a los buques que transportaban el petróleo sino también a las refinerías en tierra. De hecho la de Aruba, esa que se ve desde Baby beach y que desde hace algunos años está en desuso, fue bombardeada junto con el barco Pedernales que la protegía y que descansa en el fondo del océano.
El mar está azul y turbulento, pero no se necesita mucho más que ponerse las antiparras y sumergirse un par de metros para ver esa mole cubierta de algas y visitada por miles de peces. Es un espectáculo maravilloso que te traslada a las leyendas de los buscadores de tesoros. En Aruba aseguran y nosotros ratificamos, que el Antilla es uno de los pocos del mundo que se puede ver fácilmente haciendo snorkel sin tener que utilizar equipo de buceo.
A la vuelta de todos los maravillados nadadores, continuamos viaje por unos minutos para realizar la segunda parada de snorkel, esta vez frente a las playas de Boca Catalina y Arashi beach. El agua es transparente y fresca, hay arrecifes de coral y cuando lanzamos migas de pan, los peces se acercan a comer de nuestras manos. Para la vuelta, la música suena y el trago más famoso de la isla, el Ariba Aruba toma el protagonismo. Fresco, se hace con vodka, ron, jugo de naranja, arándano y piña, todo con hielo.
Windfsurf: Aprovechando el viento
Mañana con viento, tenemos clases de windsurf, en mi caso es la primera vez, con grandes expectativas. Nos dirigimos a Fisherman hut, justo donde termina Palm beach y comienza Hadicurari beach. Es uno de los mejores lugares para realizar deportes acuáticos pero que necesitan del viento para que sean más efectivos y placenteros, como el windsurf o el kitesurf.
Nuestro simpático instructor nacido en holanda pero con diez años en la isla, nos da los consejos pertinentes y al agua. No “parece” tan difícil, pero lo es. Mantener la estabilidad en la tabla tiene su ciencia y hacer que la vela te lleve a la velocidad perfecta, es bastante complicado. Ni hablar de intentar doblar, frenar o retomar. Debo confesar que al décimo chapuzón regresé presuroso a las seguras arenas blancas de la playa. Mis compañeros fueron más osados, todos con mejores actuaciones que la mía, sobretodo Wenceslao y Daniela.
Luego de iniciada nuestra incipiente carrera en el windsurf, nos vamos a almorzar al Moomba beach. Con mesas en la playa (cómo me gusta) y nos acomodamos bajo una palmera. La cerveza Balashi mitiga el calor y la comida es buena y abundante, pedimos de todo, fajitas de pollo ricas y picantes, costillas con barbacoa, alitas de pollo y sanguches de atún. ¡Todo muy bueno!
A la noche vamos a cenar al Screaming Eagle, otro de los buenos restaurantes de la isla. Van a pensar que nos la pasamos comiendo en Aruba, y es verdad, ¡Comimos mucho y muy bien! De ambiente moderno y sofisticado, con una carta de vinos excelente y un sector en donde se puede cenar en la cama. El menú invita a pedir platos que no son comunes para nosotros, así que nos animamos a caracoles gratinados, langosta, hígado en salsa de borgoña, atún a la parrilla con hierbas, entre otros. Gran comida.
En nuestra última noche regresamos al Moomba beach que está a pleno de gente, bailando y tomando junto al mar. La noche es cálida y la brisa suave, la música electrónica hace tronar los oídos y me recuerda que los años no vienen solos. ¡Estamos en el Caribe, pongan un poco de salsa, bachata, ballenato, reggaeton!
Nuestro último día es de paseo por Oranjestad, la capital de Aruba. En su puerto atracan dos enormes cruceros y sus pasajeros se apuran entre los caserones de colores pastel y los shoppings y locales que inundan las calles del centro. El aloe vera es una de las ventas características de la isla. ¡Eso sí, a desempolvar algunos dólares para llevarte uno en el bolsillo!
Luego un gran almuerzo junto a la playa en el West deck, para recomendar sobre todo el Blue Margarita. Y como dice el dicho, lo bueno dura poco! De vuelta a casita!
Blogtrip organizado por ATA (Aruba Tourism Authority) de Argentina
ata.argentina@aruba.com
Pablo Rodríguez
Representante exclusivo para Argentina, Uruguay y Paraguay de ONE HAPPY ISLAND, ARUBA
Bloggers compañeros de Blogtrip:
Daniela Dini www.urbanhunterproject.com
Jorge Gobbi www.blogdeviajes.com.ar
Wenceslao Bottaro blucansendel.com.ar
Pablo Garcia Rodríguez www.sgrcomunicaciones.com.ar
hermosa Aruba pero ¿dónde está Carola?????